
Tallado por este artesano en un tronco de Alamo
Hace unos días conversé largamente con mi gran amiga Mariluz Barrera - excelente sicóloga mexicana - Le confesé que me sentía extremadamente triste, y que por temor a afectar a mi familia, no había querido que nadie se enterara y simplemente me encerraba en mi taller, le ponía llave y descargaba la tristeza que me embargaba.
Por haber trabajado toda mi vida en el área financiera, creo ser extremadamente racional y trataba de buscarle alguna explicación lógica a tanta tristeza. Hacía un balance de mis haberes y el resultado era altamente positivo; tengo una mujer que me ama, tengo una familia maravillosa, tengo una pensión que nos permite vivir dignamente, trabajo en lo que me apasiona (la madera), sin embargo la tristeza sigue ahí y en ocasiones pesa tanto que tengo que aislarme para no afligir a mis seres queridos, ya que tengo claro que emocionalmente dependen mucho de mi.
Luego de una larga charla con Mariluz, me di cuenta que mi tristeza se origina en la brutal desigualdad que existe entre mis victimarios y yo. Ellos ostentan un poder casi omnipotente y lo utilizan con una frialdad inconcebible y sin compasión alguna, esperando como verdaderos buitres a que yo colapse para terminar de consumirme y salir triunfantes, burlando (una vez mas) a la justicia.
Sin embargo Mariluz tuvo la sabiduría de demostrarme que yo ya había triunfado. Que aunque estos desalmados, con su poder y sus manipulaciones pudieran ganar el juicio, siguen siendo ellos los perdedores, por que encontré la paz que brinda la verdad, el amor y la conciencia limpia. Que puedo perder la batalla, pero no me perderé a mi mismo. Que los médicos que me mutilaron, me hicieron perder una parte física importante, pero mi espíritu continúa intacto. Me hizo entender cuanto he crecido como ser humano y cuanto han caído mis victimarios.
Gracias Mariluz por demostrarme tantas cosas. Gracias por tu cariño, por tu nobleza y por tu inmenso corazón. Gracias a ti logré entender que muchas veces las lágrimas pueden lavar las heridas y el alma.
Posteado por: Alejandro Muñoz Escudero (víctima del DR. RICARDO CABELLO, con la complicidad del Perito Traumatólogo del Servicio Médico Legal DR. GERARDO DE LA FUENTE y el inhumano patrocinio del abogado jefe de Falmed, JUAN CARLOS BELLO)
amescudero@gmail.com
Cel : 09 789 1704